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Cocina de autor

Marcas personales en el plato

Por: María Victoria González y Vanessa Gómez Mendoza  

La cocina de autor no exige ser profesional, es cuestión de innovar a partir de lo que ya existe. De esta manera definen los expertos esta corriente de la gastronomía que empieza a tomar fuerza en el país.

Para que este tipo de cocina sea considerada como tal, debe tener tres ingredientes fundamentales: el primero implica la creación de nuevas recetas; el segundo, hacer uso de la creatividad y de las experiencias propias para reinventar una receta; y el tercero debe proponer nuevas técnicas e ingredientes, respetando conceptos básicos preexistentes, lo que no significa que se tema a la probabilidad de equivocarse. Es cuestión de fusionar lo mejor de varias culturas o temáticas culinarias. 

Uno de los referentes más conocido internacionalmente es sin duda Ferra Adrià quien ha llevado a su restaurante El Bulli a las más altas ligas. El Bulli Taller ha sido catalogado como la vanguardia gastronómica y ha recibido el reconocimiento del The New York Times, la revista Time, y algunas publicaciones francesas como Le Monde.

La cocina de autor es la mejor oportunidad para conocer y entender al que cocina, pues requiere de innovación y de un aporte creativo propio, cada plato guarda parte de quien lo crea. Para el chef Juan Manuel Barrientos, dueño del restaurante El Cielo, "la mayor satisfacción es que el plato tenga una historia, pero con la obligación de que le sepa fenomenal y rico al cliente", aclara el Chef de 33 años. 

Lo particular de esta corriente es que da libertad a quienes no son porfesionales pues no es necesario ser chef para crear un plato de autor pues este tipo de cocina se caracteriza por el esfuerzo y el amor propios de quien disfruta cocinar. Es el caso del reconocido chef colombiano Jorge Rausch, economista de profesión pero con pasión por la cocina, un talento que lo llevó a dedicarse de lleno al camino culinario. “Decidí seguir mi sueño y hacer lo que quería; hacer lo que sentía mi corazón”. Para Rausch lo más importante es guardar la proporción de “Cinco por ciento de inspiración y noventa y cinco de transpiración”.

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