Cocina peruana

El foco de la alta cocina internacional siempre había estado en Europa y en Asia,  por la gastronomía francesa, italiana, y china. Sin embargo, esta competencia por la mejor experiencia gustativa se ha extendido hasta Latinoamérica, siendo Perú el principal atractivo gastronómico del continente.

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Cuesta imaginar que algo tan brillante como la gastronomía peruana estuviera tanto tiempo escondido, recóndito, sin dejar el menor vestigio de su inmaculada existencia. Dos decenios atrás, más exactamente en 1990, Alberto Fujimori, un ingeniero de ascendencia japonesa asumío la presidencia de Perú. 

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La gente dejó de salir a las calles: el terrorismo, el desempleo y una recesión económica eran las secuelas de una nueva dictadura. Dos mil años estuvieron ocultos los sabores peruanos. Hasta que las cosas se ponían, después de mucho tiempo, en su sitio:  Fujimori era condenado a 25 años de cárcel y la gastronomía inca salía, por fin, de prisión y de su injusta condena, con la apertura del comercio y el impulso del turismo. 

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La comida peruana siempre estuvo ahí, aguardando por un embajador que la sacara a flote. Hasta que Gastón Acurio, un chef emprendedor, decidió compartir ese diamante en bruto que se traía entre las manos el paladar cultural de Perú. Es que era injusto no compartirlo, fue así como empezó a publicarle a todo el mundo las recetas de su restaurante, Astrid & Gastón.

Contrario a lo que haría cualquier chef con el menor grado de cordura, Acurio publicó sus creaciones haciendo que sus platos llegaran de infraganti a restaurantes de todo el mundo. La rotura de ese paradigma hacía que Perú resurgiera de las cenizas. 

Es por ello que hace dos meses Guillermo Velásquez, un peruano con los mismos anhelos de Acurio, decidió abrir en Bogotá un restaurante ubicado en la 140 con 16 bautizado 28 de Julio. “La comida peruana no es difícil de hacer. Es de mucha tradición, la gente siempre ha cocinado por afición. En cualquier lugar de Perú te atienden de la mejor manera con platos increíbles. Es una meca de grandes cocineros. Es por eso que nuestra gastronomía hay que socializarla y no volverla exclusiva”, afirmó Velásquez.

Además de avalar la historia previamente contada de la comida Peruana, este Chef mencionó que la gastronomía de su país se destaca por su inmensa biodiversidad y la gran variedad de productos naturales que alberga.

Sazón del perú

Para Guillermo Velasquez, Colombia es una nación con una similitud cultural muy grande a la suya, ya que los colombianos saben y conocen acerca de la gastronomía de su país. “Son el segundo país que más nos visita, después de Chile. Y es que el que va a Perú, va a comer. Hay varios estudios que indican que la comida peruana se ha convertido en un atractivo turístico, incluso más fuerte que Machu Picchu”, agregó. 

“Con la comida peruana pasa algo singular: el que la come, la conoce y luego la publicita. ¿Por qué? Simplemente porque es rica, nada más”, señala tajantemente Renato García un peruano instalado en Colombia.

Es así como el 28 de Julio se convierte en un resto-bar. En una taberna peruana que guarda el tesoro gastronómico que escondió su país por muchos años.

“La comida peruana estuvo ahí. Antes del ‘boom’, en todos los sitios se comían el lomo saltado y el ceviche. Eran parte de nuestra idiosincrasia sólo que no estaba afianzado el marketing que necesitaba nuestra comida, así fuera buena. La transición democrática en el 2001 generó un grupo de personas que divulgó la comida por todo el mundo”, cerró Velásquez dueño del 28 de Julio.